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Desde muy pequeña empezó a enfrentarse a las adversidades que se les presentaban en frente. Kaoru no tuvo una vida facil, tuvo que luchas por si sola sin la ayuda de nadie, buscando la manera de poder sobrevivir. A pesar de estar en vuelta en una vida sin muchas oportunidades, pudo salir adelante, aunque tuvo que recurrir al engaño y a la manipulación para conseguir sus objetivos, cosa de la cual no estaría muy orgullosa al principio. Sin embargo, para olvidarse del mundo inhóspito en el que vivía, gastaba su tiempo soplando burbujas por las calles. Estas esferas circulares y brillantes explotaban al contacto, produciendo una enorme sonrisa en el rostro de Kaoru

Cada día, Kaoru recorría las calles de Dressrosa buscando una posible víctima para robarle sus pertenencias y poder cambiarlas por algo de alimentos. Sus características, especialmente su cara de angelical, representaban cierta confianza en las personas a las cuales se le acercaba. Su modo de robar era algo bastante simple: este consistía en correr a toda velocidad, colocando rápidamente sus manos en los bolsillos de las personas sin que estas se dieran cuenta, finalizando con una sorprendente caída fingida, así , generando una escena de llanto, aprovechándose de su fachada de niña buena.

Con el paso del tiempo, perfeccionó sus habilidades y se convirtió en una excelente ladrona. En los callejones más recónditos de dressrosa circulaban algunos rumores sobre una supuesta niña de mechones púrpuras que se caracterizaba por realizar robos con mucha cautela. Esto alertó a la gran mayoría de las personas, causando un posible pánico debido a que no sabían de lo que podría ser capaz. La identidad de la joven era un misterio; sin embargo, la caracterizaron con un distintivo peculiar: el destello púrpura, un nombre que la representaba debido a la rapidez con la que concretaba los robos.

Durante algunos de sus robos presenció de lejos a una monja, pero esta no parecía como todas las demás, esta presentaba un rostro arrogante y mirada inexpresiva como si ya hubiera pasado por muchos problemas en su vida catalogándola como alguien con mucha experiencia, sin embargo, Kaoru necesitaba probar sus habilidades por lo que necesitaba robarle su collar con forma de cruz algo muy bonito a simple vista y que podía sacar un dinero fácilmente al vender el objeto como muchas veces la niña correría a máxima velocidad sacándole la cruz que rodeaba su cuello, sin embargo, la monja se dio cuenta de que la estaban asechando desde un principio mantuvo su guardia, dejando que su cazador se acercara para que al final la terminara atrapando. "No debes robar a gente como yo, te puede ir demasiado mal, puedes agradecer que estoy de buen humor el día de hoy, aunque mi cara exprese lo contrario", dice la monja con una voz firme.

La monja se presenta ante la joven: soy Sister Celestia, parece que no has tenido una vida muy fácil, tienes que robar para poder sobrevivir. Una niña tan pequeña como tú no debe deambular sola por las calles. Te ofrezco un lugar en el que puedes estar segura, pero tienes que seguir una serie de reglas estrictas dictadas por mí. Sin pensarlo, Kaoru acepta la propuesta de Sister Celestia uniéndose a la tripulación denominada Seisei.